Limpia tu rostro: Utiliza un limpiador facial suave adecuado a tu tipo de piel para eliminar la suciedad, la grasa y las impurezas de tu rostro. Seque la piel dando golpecitos con una toalla limpia.
Aplique una pequeña cantidad: Aplique una cantidad del tamaño de un guisante de crema antiedad en las yemas de los dedos. Recuerde que un poco da para mucho, así que no utilice cantidades excesivas.
Extender la crema: Con movimientos circulares ascendentes, extienda la crema uniformemente por el rostro y el cuello. Asegúrate de extender la aplicación hasta la línea de la mandíbula y difumínala a la perfección con tu piel.
Masajear suavemente: Con las manos limpias, masajear ligeramente la crema sobre la piel con movimientos ascendentes. Esto ayuda a mejorar la circulación sanguínea y contribuye a una mejor absorción del producto.
Dejar que se absorba: Deje que la crema se absorba por completo en la piel durante unos minutos antes de utilizar otros productos para el cuidado de la piel o de maquillaje. Este tiempo permite que los ingredientes activos de la crema actúen eficazmente.
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